Nota del editor: N. del T. los términos “woke” (concienciado/a) y “wokeness” (conciencia) han pasado el lenguaje coloquial en el mundo anglófono, incluso derivando un adjetivo y un sustantivo de un participio incorrecto del verbo “to wake [up]” (despertar) . Sus distintas formas se han referido tradicionalmente a la toma de conciencia sobre cualquier tema, en especial conciencia política. El autor argumenta -y así lo atestigua el nuevo uso de la palabra- que se ha tomado también este término y se lo ha subvertido, convirtiéndolo en una palabra clave, un signo de pertenencia a un grupo “concienciado”. En este nuevo sentido, solapante con el anterior, se entiende que dicha conciencia es muy estrictamente conciencia social crítica, y no otra, de modo que a lo largo del artículo se verán varios ejemplos que hacen implícito ese uso de “woke” como “conciencia”, “conciencia social”, y variantes similares. Ocurre lo mismo con otras palabras que no tienen todavía un correlato claro en español, puesto que su uso original no transmite los elementos asociados a las ideas filosóficas tratadas en la obra de James Lindsay. Aun así, dado que el autor señala la importancia de estas palabras y la reorientación de su uso por parte de grupos políticos con intereses propios, cabe advertir que en ocasiones, acompañar la traducción con el término original ayuda a entender cómo funciona, no sólo este ejemplo, sino muchos otros términos de la enciclopedia; así, en “whiteness” (empleada como pertenencia a un grupo blanco con connotación racista, o para indicar la esencia de ser una persona blanca y, por tanto -se sobreentiende que- privilegiada). Como se observará, la temática de reutilización de palabras ya existentes con una acepción amplia para darles significados distintos y a menudo opuestos merecerá su propio análisis dentro de esta vasta obra.
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La Justicia Social Crítica funciona como un virus. Yo mismo lo he dicho al respecto, su colectivo lo dice de sí mismo…; estamos todos de acuerdo. Infecta instituciones liberales y personas liberales (en el sentido filosófico, ya sean de izquierdas, de derechas o de centro), y vicia el significado de “crítico” tal y como se usa en la expresión “pensamiento crítico” para convertirlo en “crítico” a la manera de la “teoría crítica”, que significa algo completamente distinto. Después, convierte esas instituciones e individuos en células “concienciadas” (woke) que generan más Justicia Social Crítica y la propagan, vaciando las instituciones y organizaciones que infecta a su paso.
Lo hace de formas fáciles de describir en diversos contextos. Dado que es fácil describir tales dinámicas, los resultados que producen y la progresión que siguen son predecibles. En dinámicas intracomunitarias, crea lo que podríamos llamar un alejamiento divisorio, en el cual todo el mundo debe tomar partido por un bando (moral) sobre asuntos de Justicia Social Crítica, hasta que la lucha interna gana la institución. Con todo, esto forma parte de un patrón de infección y toma de poder mayor que se muestra de forma más patente en nuestros entornos académicos, donde se diseñó e incubó la Justicia Social Crítica y, por tanto, donde mantiene su mayor influencia. Puse ese patrón por escrito hace unos meses, pero no tenía muy claro qué hacer con él, ya que concierne mayoritariamente al mundo académico, que para lo que importa bien podría ser Narnia a menos que uno trabaje o estudie en él.
Hace poco me he dado cuenta de que se está desarrollando muy rápidamente el mismo patrón con la creciente respuesta a la pandemia de la COVID-19. En el mundo académico, pueden pasar años, quizá incluso una década o más, para que ese proceso empiece a tener un impacto verdaderamente significativo -y no se equivoquen, puede empezar a tener dicho impacto en cualquier campo, no sólo en humanidades y ciencias sociales, sino también en las “ciencias duras”, incluidas las matemáticas, la física y la astronomía.
Por poner un ejemplo, tal y como se publicó hace poco en los Avisos de la Sociedad Americana de Matemáticas (Notices of the American Mathematical Society), entre muchos artículos similares y una desagradable controversia sobre declaraciones obligatorias de diversidad en los puestos de profesorado matemático: “Este pequeño muestreo sugiere varias posibilidades de considerar las matemáticas como -digamos- una iniciativa feminista interseccional, antirracista y con conciencia de clase. En cualquier caso, si estamos de acuerdo en que las matemáticas pueden operar como “lo blanco” (whiteness), tenemos la obligación moral de preguntar de qué otra forma podrían ser las matemáticas”, de Tian An.
Más abajo presento un “mapa del genoma” del virus de la Justicia Social Crítica a medida que infecta disciplinas académicas y nuestra respuesta a la pandemia de la COVID-19, así como su intento de orientar aquéllas hacia sus propios objetivos ocultos (agendas) y distraer la atención de lo que importa, porque en las teorías críticas, lo único que importa es extender la conciencia crítica, y en Justicia Social Crítica, lo único que importa es convertirlo todo en aquello que denomina “Justicia Social” desde una perspectiva de teoría crítica. Por tanto, si se lo permitimos (lo cual ocurre principalmente cuando no se entiende [dicha teoría] o no se sabe cómo funciona), tomará el control y corromperá nuestra respuesta a la pandemia para sus propios fines, exactamente del mismo modo en que lo ha hecho con gran parte de las instituciones académicas.
Para explicar este mapa y su importancia, he grabado un podcast, insertado aquí, para discutir el tema en profundidad y dejar claro que la Justicia Social Crítica es realmente un virus y opera realmente como tal. Como las teorías críticas carecen, con mucho, de herramientas para sacarnos de una crisis en el mundo real, nos hace falta desarrollar no una vacuna para el SARS-CoV-2, sino dos, ésta segunda contra la Justicia Social Crítica.
Cómo insertar la “conciencia social” en cualquier campo de estudio en tres sencillos pasos.
Un mapa genómico del virus de la Justicia Social Crítica en el mundo académico y más allá.
Paso 1: Convierta el campo de estudio de que se trate en sociología y antropología cultural de ese campo, incluida la educación de dicho campo.
- Céntrese en los asuntos sociológicos que circundan ese campo (críticas foucauldianas y neo-marxistas)
- Señale problemas de representación o comportamiento en departamentos, conferencias, etc., o en la educación de dicho campo.
- Hable sobre la historia del modo en que se estudió el campo con especial atención a la problemática (antropología cultural, genealogía foucauldiana).
- Diga mucho “sesgo implícito” y destaque cualesquiera resultados dispares como evidencia de intolerancia sistémica.
- Convoque conferencias paralelas destinadas específicamente a investigar la sociología del campo en cuestión.
- Comience a otorgar títulos como premio para respaldar los méritos profesionales de los académicos críticos.
- Cree disciplinas paralelas -”estudio del/ de la {campo de estudio} (crítico/a)” o “estudios (críticos) del / de la {campo de estudio}”- con revistas, libros, departamentos, etc. (por ejemplo, “estudios críticos de nutrición” o “estudios críticos de ciencia y tecnología”)
- Aproveche aquéllos para dar una apariencia de legitimidad.
- Saque ventaja de la exclusión de los métodos críticos del campo (lo cual está justificado, porque no son el campo) para reivindicar una dinámica de poder injusta que demuestra la necesidad de los métodos críticos (es decir, afirme que los estudios críticos del campo sólo se excluyen porque los poderosos del campo se niegan a lidiar con sus problemáticas).
- Siga, siga, y siga hasta que quede establecida la “legitimidad” del campo paralelo.
- Entonces, compare moralmente la disciplina crítica “orientada a la justicia” y la disciplina tradicional (machista o racista)
Paso 2: Asegure que los problemas sistémicos del campo se manifiestan a partir de la naturaleza del propio campo.
- Filtre y etiquete las problemáticas que tienen lugar dentro de la sociología/antropología del campo.
- Insista en que el campo se diseñó en el marco del sistema de conocimiento y los sesgos que se benefician de aquellas dinámicas de poder problemáticas.
- Afirme que, consecuentemente, dichas dinámicas de poder y problemáticas forman parte del propio campo.
- Insista en que esa dinámica de poder se mantiene a sí misma y que una posición de privilegio en su seno, o incluso una que se beneficie de ella, lo ciega a uno para entender la problemática y genera resistencia a cambiarla.
- Saque partido de lo anterior para indicar que el sistema necesita aún más cambio.
- Pida la retirada o eliminación de cualquier erudición lo bastante “problemática” y a los profesores que la produjeran (purgue la información y las voces problemáticas)
Paso 3: Haga un llamamiento para reconstruir el propio campo como teoría crítica
- Insista en que el campo de estudio original y la cultura que ha creado son corruptos de base.
- Exija no sólo el cambio, sino una revolución en la forma en que se trabaja en el campo (poner el foco en los métodos críticos y la orientación a la justicia)
- Siga priorizando la relevancia de la sociología/antropología del campo. Insista en la necesidad de epistemologías críticas y subjetivas.
- Insista en contratar profesorado y usar fuentes, etc., con una orientación más crítica mediante un llamamiento a “la diversidad, la equidad y la inclusión”
- Insista en fuentes de “profesionales” orientadas a la crítica (justicia en la investigación, descolonización del plan de estudios)
Nótese, además: No se requiere que ningún experto del campo haga nada de esto, y la gente que es más probable que lo haga nutre las filas de expertos fracasados del campo.
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Español Translator: Abel Valenzuela