Uso en la Teoría de la Justicia Social
Fuente: Applebaum, Barbara. Being White, Being Good: White Complicity, White Moral Responsibility, and Social Justice Pedagogy. Lexington Books, 2010, p. 121.
La complicidad surge, de acuerdo con Gardner, ya que yo no soy solamente responsable de mis propias acciones (como un principal) sino que también soy responsable de cómo mis acciones contribuyen causalmente a tus acciones, aun cuando parezca que no estoy haciendo una diferencia en el resultado final. Si, por ejemplo, uno presta una herramienta que fuerza cerraduras a un ladrón quien luego la usa para robar una casa, aunque el ladrón pudo haber entrado a la casa de otras maneras, uno es de todas formas cómplice en el robo ya que uno hace “una diferencia a la diferencia que el principal hace”. El delito sigue ocurriendo “a través de mí” – yo soy parte de la cadena de eventos que lleva al mal acto. Tanto los cómplices como los principales traen malos actos al mundo, pero el lugar donde uno está situado dentro de la cadena causal que lleva al mal acto es diferente.
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Fuente: Applebaum, Barbara. Being White, Being Good: White Complicity, White Moral Responsibility, and Social Justice Pedagogy. Lexington Books, 2010, p. 123–124.
El “principio de complicidad” enfatiza que uno es responsable de lo que otros hacen cuando uno participa intencionalmente en un colectivo que junto causa el daño. Uno es responsable por el daño que hacemos juntos, independiente de la diferencia efectiva que un individuo que participa intencionalmente en la acción que dicho grupo cause. La intención participatoria es la intención de actuar como parte de un grupo en una acción colectiva de agentes que se orientan a sí mismos alrededor de un proyecto conjunto.
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Fuente: Applebaum, Barbara. Being White, Being Good: White Complicity, White Moral Responsibility, and Social Justice Pedagogy. Lexington Books, 2010, p. 140.
La aserción sobre la complicidad blanca mantiene que todos los blancos son cómplices de la injusticia racial sistémica, y esta aserción a veces toma la forma de “todos los blancos son racistas”. Cuando la complicidad blanca toma la configuración anterior, lo que se implica es que no todos los blancos son prejuiciosos racialmente, sino que todos los blancos participan y, a veces inconscientemente, mantienen el sistema racista del que son parte y mediante el cual se benefician.
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Fuente: Applebaum, Barbara. “Race Ignore-ance, Colortalk, and White Complicity: White Is… White Isn’t.” Educational Theory, 56(3), 345–362, p. 350.
Sin embargo, un foco en la “participación intencional en una acción colectiva” no puede capturar el tipo de complicidad de la cual Bartky y Houston se preocupan, debido a que la complicidad blanca involucra una participación sin intención. En una era post-movimiento por los derechos civiles, donde el racismo evidente y agresivo es denunciado (por lo menos públicamente), tipos de racismo sutiles y comúnmente menos insidiosos no sólo operan en un nivel más sistémico y profundo, sino que también trabajan para sostener el sistema de formas invisibles y naturalizadas. Iris Marion Young argumenta que la injusticia social es estructural y se reproduce gracias a las relaciones individuales e institucionales que se refuerzan entre sí, y las prácticas que permiten o inhiben las acciones de ciertos grupos sociales mientras que simultáneamente privilegian las de otros. Esta opresión estructural se refiere a las “vastas y profundas injusticias que algunos grupos sufren como consecuencia de suposiciones a menudo inconscientes, y reacciones de gente bien intencionada en interacciones habituales, estereotipos en los medios y culturales, y características estructurales de las jerarquías burocráticas y mecanismos de los mercados – en pocas palabras, los procesos normales de la vida diaria.”
Comentario de Nuevos Discursos
Complicidad es la idea de una responsabilidad moral compartida, e incluso de una culpa compartida para algunos tipos de ofensas. Este entendimiento del término en la jerga común se extiende incluso hasta en la literatura de la Justicia Social, su Teoría, su activismo, y su disposición ideológica sin mucha modificación directa. El uso del término bajo la Teoría de la Justicia Social Crítica, sin embargo, es más expansivo que lo que podemos pensar en general. Los ejemplos de más arriba intentan mostrar esta historia, que comienza con algo cercano al común entendimiento y luego nos muestra esta expansión, gracias al trabajo de una de las más reconocidas Teóricas de la complicidad en el mundo filosófico de la Justicia Social, Barbara Applebaum.
En particular, la Justicia Social extiende la idea de complicidad fuera del ámbito de acciones contribuyentes, hacia una idea de beneficios no cuestionados desde sistemas que oprimen. Esto está directamente relacionado con la disposición crítica y expresión de la Justicia Social como una teoría crítica. La noción de complicidad se extiende de esta manera para que así pueda asignar responsabilidad y culpa colectiva a grupos identitarios completos por su participación (de manera consciente o inconsciente – ver, además, dominación internalizada y anti-blackness (entendida como “negrura”)) y beneficio de una ventaja estructural, poder sistémico y/o privilegio (con estos siendo primos cercanos dentro del género de conceptos). Específicamente, miembros de grupos identitarios Teóricamente dominantes – o, más precisamente, personas que ocupan algunas posiciones de dominación en un análisis interseccional (es decir, básicamente todos) – son Teorizados como cómplices en, por tanto responsables (y culpables) de los daños causados por aquellos sistemas de poder y la opresión que causan en grupos/identidades marginalizadas y relativamente oprimidas.
En la aplicación, raramente se complica de esta forma. El objetivo de Applebaum en su libro de 2010 Being White, Being Good (Ser Blanco, Ser Bueno) es estirar la noción de complicidad lo suficiente para definir complicidad blanca, la idea de que todas las personas blancas (y blanco-adyacentes) son cómplices de la mantención y los daños del racismo sistémico y la supremacía blanca. (NB: Ella explícitamente niega estar haciendo esto – acusando a todas personas blancas de complicidad en el racismo anclado a la “blancura” y el privilegio blanco con su concepto de complicidad blanca – en la introducción del libro, y luego dedica cientos de páginas a hacerlo, en algo que parece más una treta filosófica que cualquier otra cosa). En particular, Applebaum provee una revisión completa de ciertas secciones de la literatura filosófica que hablan de la complicidad, volviendo atrás a análisis de la era post-Nazi, incluyendo aquellos de Hannah Arendt, Karl Jaspers, y otros, quienes se preguntaron si los alemanes comunes y corrientes fueron cómplices en las atrocidades y el genocidio perpetrado por el régimen Nazi. La literatura que ella cita es consistentemente problematizada por no ser lo suficientemente expansiva para incluir la responsabilidad colectiva por respaldar y contribuir al privilegio sistémico.
Por lo tanto, bajo análisis como el de Applebaum, ahora fundamentales para el pensamiento de la Justicia Social como una ideología, la complicidad con las fuerzas sistémicas sociales es algo por lo que los beneficiarios son considerados culpables. Esto puede incluir una complicidad con el racismo y la supremacía blanca (bajo el auspicio de la interseccionalidad, la Teoría racial crítica, y los estudios de la “blancura”) o con el sexismo y el patriarcado (bajo el apoyo del feminismo y los estudios de género) para nombrar solo dos ejemplos de los muchos sistemas de poder estructural Teorizados. La única forma posible de lidiar efectivamente con la culpa de esta complicidad, como la educadora de “blancura” crítica Robin DiAngelo instruye, es “tomar acción”, es decir, convertirse en un activista del anti-racismo, cosa que es vista como un compromiso para toda la vida con una práctica continua de autorreflexión, autocrítica, y activismo social en nombre de la Justicia Social (ver, además, consciencia crítica y wokeness). Esto es en perfecta relación con las suposiciones originales de una Teoría Crítica (ver, también, Escuela de Frankfurt), las cuales indican que una Teoría sólo puede ser una Teoría Crítica si aboga y permite el activismo social de acuerdo con la visión normativa moral de la Teoría Crítica.
Ver también, complicidad blanca.
Términos relacionados
Anti-blackness (entendida como “negrura”); Anti-racismo; Blanco; Blanco-adyacente; “Blancura”; Complicidad blanca; Consciencia crítica; Crítico; Discurso de color; Dominación; Dominación internalizada; Escuela de Frankfurt; Estructural; Estudios de género; Estudios de la “blancura”; Feminismo; Genocidio; Identidad; Ideología; Ignorancia blanca; Interseccionalidad; Justicia Social; Marginalizar; Nazi; Opresión; Patriarcado; Pedagogía crítica; Poder sistémico; Posición; Privilegio; Problematizar; Racismo (sistémico); Sexismo (sistémico); Supremacía blanca; Teoría; Teoría crítica; Teoría racial crítica; Woke/wokeness
Ejemplos Adicionales
Fuente: Applebaum, Barbara. Being White, Being Good: White Complicity, White Moral Responsibility, and Social Justice Pedagogy. Lexington Books. Kindle Edition, pp. 2–3.
En el campo de los estudios críticos de la “blancura”, por ejemplo, asuntos de complicidad son especialmente notables en el discurso académico alrededor de la educación sobre justicia social. Aquí podemos encontrar una aserción sobre complicidad que es dirigida a todas las personas blancas independientemente, y a pesar, de sus buenas intenciones.
Lo que llamo la “aserción sobre la complicidad blanca” mantiene que las personas blancas, a través de las prácticas de blancura y a través de los beneficios del privilegio blanco, contribuyen a la mantención de la injusticia racial sistémica. Sin embargo, la aseveración también implica responsabilidad en su suposición que no reconocer esta complicidad frustra los esfuerzos de los blancos para desmantelar los sistemas raciales injustos y, más específicamente, contribuirá a la perpetuación de la injusticia racial.
El reconocer que uno es cómplice, de acuerdo con la afirmación, es una condición necesaria (pero no suficiente) del desafío a la opresión racial sistémica. De manera más significativa, dado que la afirmación sobre complicidad blanca presume que el racismo es perpetuado frecuentemente a través de personas blancas bien intencionadas, ser bueno moralmente puede no facilitar e incluso puede frustrar el reconocimiento de esta responsabilidad… .
Lo que es de interés específico sobre la complicidad blanca es la aseveración de que las personas blancas pueden reproducir y mantener prácticas racistas aun cuando, y especialmente cuando, creen que son moralmente buenos.
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Fecha de revisión: 8/2/20